Radiestesia. La percepción olvidada

¿Por qué los monumentos de la antigüedad se construían en determinados lugares?

¿Por qué algunos árboles se inclinan o se secan?

¿Por qué algunos cuerpos no se corrompen?

Las antiguas construcciones de culto no se levantaban al azar, sino cumpliendo determinados parámetros relacionados con zonas telúricas específicas del planeta. Desde los menhires a las pirámides y demás edificaciones en todo el mundo, hasta las iglesias románicas de nuestra cultura, todas tienen un punto en común: están situadas sobre o en las proximidades de vórtices energéticos. En esta obra, Epifanio Alcañiz analiza los porqués y mide estas energías, in situ y a distancia.

Este no es un libro más de radiestesia, profuso de datos ya conocidos. Se trata de una visión nueva de esta percepción olvidada, que nace del estudio y el trabajo de campo. El libro es toda una revelación, donde el autor vierte sus experiencias y comprobaciones en muchos de los monumentos emblemáticos del mundo. El autor aporta nombres de alteraciones no descritas hasta el momento y da luz a secretos celosamente ocultos para el gran público y desconocidos para muchos investigadores.

EPIFANIO ALCAÑIZ es investigador de los campos electromagnéticos del planeta. Hasta los 46 años no es consciente de que posee esta percepción, y tras este largo letargo brota en su mente el deseo irrefrenable de estudiar y practicar esta disciplina milenaria.

Alcañiz no se conforma con lo que hasta ahora se ha escrito, y se atreve a decir que mucho de lo publicado es erróneo, como él mismo ha podido comprobar. Su inmersión en el campo de la radiestesia lo ha impulsado a afrontar el reto de reescribirla, basándose en la comprobación personal y el análisis. Para ello evalúa los datos aportados por otros profesionales, pero, además,  valiéndose de la “telerradiestesia” descubre nuevos datos de mediciones de centros telúricos en varios lugares de la Tierra, cuyos vórtices hasta ahora no se habían descubierto. Este libro es el fruto de once años de prácticas y experiencias. Revela el autor que su agudísima percepción posiblemente se deba a “conocimientos dormidos que formaron parte de vidas anteriores”. Este libro, sin duda, marca un antes y un después en la historia de la radiestesia.